Moisés Arizmendi, reconocido actor mexicano del cine y la televisión, ha cautivado a audiencias con su destacado desempeño en numerosas telenovelas, donde su talento para encarnar villanos y personajes especiales lo ha llevado a brillar en lo más alto.
En una entrevista en exclusiva, Moisés confesó que, aunque inicialmente estudió economía, fue un espectacular taller de teatro el que se convirtió en su perdición, marcando el rumbo de su vida. Desde entonces, ha seguido perfeccionando su arte en la prestigiosa escuela de Margules, manteniéndose fiel a su pasión actoral.
Al hablar sobre su fervor por la actuación, Moisés confesó que, apenas dos años después de adentrarse en ese taller teatral, ya traía el gusanillo del escenario. Reconoce que esta carrera tan exigente ha demandado combinarla con múltiples responsabilidades para sobrevivir, pero cada desafío ha valido la pena.
“Dos años después de haber entrado en ese taller de teatro ya se me había metido el gusanito. La carrera es muy dura y hubo muchos momentos donde tuve que combinarla con muchas otras cosas para sobrevivir”:
Si alguien se adentra en este fascinante mundo, Moisés aconseja paciencia y observación atenta de otros actores exitosos, para descubrir qué estrategias los llevan al éxito.
Lo que verdaderamente disfruta Moisés de ser actor es la posibilidad de desprenderse de sí mismo y sumergirse en situaciones que, en la vida real, difícilmente podría experimentar sin consecuencias. Es un escaparate de emociones y experiencias, donde se encuentra en constante evolución.
Remontándose a su primera aparición televisiva, Moisés recuerda con humor que se vio «narizón, con pelos de escobeta y medio bizco», y hasta hoy, su esencia sigue intacta.
En la actualidad, Moisés se encuentra en la recta final de una grandiosa obra de teatro titulada «La negociación», mientras espera ansioso el estreno de varios proyectos que lo mantendrán en la cima de su carrera.
Para él, ser padre es el mayor aprendizaje que la vida le ha regalado, “El mayor aprendizaje que he tenido en la vida es el conocer de qué va el amor incondicional y el sacrificio” comentó.
Sin embargo, equilibrar sus responsabilidades paternales con su trabajo no ha sido tarea sencilla para Moisés. Ha tenido que renunciar a la fiesta y, en ocasiones, dejar de lado las relaciones públicas para cumplir con ambos roles de manera excepcional.
Al recordar a su propio padre, Moisés evoca al típico padre latinoamericano ausente y propenso a la bebida. Sin embargo, fueron otras personas llenas de amor quienes realmente desempeñaron el papel de padres en su vida, enseñándole lecciones invaluables.
Su mayor maestro ha sido su propio hijo, quien le ha mostrado el poder de la paciencia en cada instante compartido. Si hay un consejo que Moisés quisiera transmitir a otros padres es que observen a aquellos que se desenvuelven en el arte de la paternidad, ya que siempre hay algo que aprender de los demás.
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