La Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús en Jalisco es una celebración arraigada en la cultura, la economía y la fe de la comunidad local. Esta festividad, que se originó en 1888 cuando un ciudadano llegó a la comunidad de lo que solía llamarse la labor de Santa Carturi en la región sur del estado de Jalisco con una imagen tallada en madera del Sagrado Corazón de Jesús, se ha convertido en un evento emblemático que atrae a miles de visitantes y deja una significativa derrama económica en la región.
En una entrevista exclusiva con el Director de Desarrollo Turístico del municipio de Mexiticacán, conocimos más sobre la historia y el impacto de esta festividad. Según él, esta festividad se ha convertido en la más importante de México, marcando el calendario de festividades del año. Durante la celebración, que tiene lugar el primer domingo de septiembre de cada año, aunque la fecha exacta varía, se espera la llegada de alrededor de 50,000 visitantes, generando una derrama económica estimada en alrededor de 12.5 millones de pesos, lo que subraya su importancia en la economía regional.
Las actividades principales de la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús son diversas y reflejan la riqueza cultural y religiosa de la región. Uno de los aspectos más destacados son los tapices del reino que se elaboran a lo largo de un recorrido de unos 3 km, donde se encuentran asfaltadas las principales calles del pueblo. Estos tapices, hechos de materiales efímeros como arena, flores y serrín coloreado, representan temas religiosos y populares.
Además de los tapices, cientos de bandas musicales participan en el evento, interpretando música de viento, mariachi y otros géneros, marcando el camino del cortejo religioso. La pólvora y la caligrafía son elementos esenciales que subrayan la fe y la devoción al Sagrado Corazón de Jesús durante el recorrido.
La procesión comienza en el santuario, ubicado a 5 km de la carretera principal, y culmina con una celebración eucarística frente a la parroquia, en el contexto de las festividades patronales de San Nicolás de Toledo. Además de las actividades religiosas, se celebra la Cabalgata del Santo Niño, bailes populares por la noche y visitas a los niños que solicitan becas en días previos al evento.
Una característica especial de esta festividad es la intensa participación de la comunidad local. Los habitantes de la región son los encargados de crear los tapices y de preparar todo lo necesario para el evento. Además, amigos y familiares de otras regiones a menudo se unen en la elaboración de las alfombras y en otras tareas relacionadas. Esta colaboración fomenta la convivencia social y la unidad familiar, haciendo de la festividad una experiencia única.