Chapala es uno de los 125 municipios que conforman el estado de Jalisco y entre sus hermosas tierras hay preciosas joyas turísticas que sorprenden a cualquiera que visita este encantador destino. Tal vez la más conocida es navegar en el lago del mismo nombre, pero existen otros sitios donde se pueden hacer y disfrutar muchas actividades y experiencias.
Esta es una lista de las cosas que todo habitante o viajero, nacional o extranjero, puede hacer en Chapala.
Lago de Chapala
El lago de Chapala es considerado el lago más grande de México, debido a que tiene una extensión de más de 114 mil hectáreas, donde todas y todas los visitantes pueden descansar y pasar momentos únicos y especiales con amigos, familia o en pareja.
Su enorme tamaño hace que sus aguas la compartan varios pintorescos pueblos de los estados de Jalisco y Michoacán. Entre ellos está Chapala, donde destaca el precioso malecón que brinda una vista maravillosa de la espectacular sierra que rodea las orillas de este lago. Otro gran atractivo es el Mercado de Artesanías, donde se mezclan infinidad de colores, texturas y piezas típicas provenientes de distintas regiones del país.
También hay paseos en lancha, aguas termales, comida típica y un clima envidiable.
Parroquia de San Francisco de Asís
Otro atractivo del municipio es la Parroquia de San Francisco de Asís, que fue construida en 1548 y destaca por sus fino estilo ecléctico. En este lugar se conserva la tumba de Fray Miguel de Bolonia, un evangelizador que brilló durante la etapa de la Conquista. Una de las mejores épocas en el año para visitar este punto religioso es a finales de septiembre y principios de octubre, cuando se celebran las fiestas en honor al Santo Patrono.
Isla de los Alacranes
A solo unos 20 minutos en lancha desde el muelle de Chapala, está este atractivo punto. La Isla de los Alacranes, ubicada en el centro del lago, es catalogada como un importante centro ceremonial para la cultura Wixárica o Huichol.
En el lugar hay varias viviendas, una pequeña capilla donde se adora a la Virgen de Guadalupe y varios restaurantes donde ofrecen platillos regionales. Además, esta isla es una buena opción para aquellas personas que necesitan un retiro espiritual para calmar y sanar el cuerpo y la mente. Para llegar se puede tomar una lancha en el muelle de Chapala y el viaje toma aproximadamente quince minutos.
Palacio Municipal
Como en muchos otros destinos, uno de los puntos imperdibles a visitar en este viaje es el llamativo “Palacio Municipal de Chapala”. Situado muy cerca de la Plaza Principal, se encuentra este icónico monumento que hace ya varias décadas se ostentaba como el famoso Hotel Nido, en el que se dice la famosa actriz María Félix, también conocida como la “Doña”, pasó una noche de bodas.
Construido a principios del siglo pasado, específicamente en el año 1903, esta obra es un imán de turistas, gracias a sus hermosas paredes de ladrillo rojo perfectas para los huéspedes de primera clase que pasaban los días y noches en este lugar. Cerca de este palacio, se encuentra la antigua estación de ferrocarril, otro imperdible que hay que conocer.
Atotonilquillo
Atotonilquillo es una pequeña población perteneciente a Chapala, habitada por unas cuantas miles de personas, lo que se refleja en la tranquilidad del lugar. Aunque su tamaño no limita la vasta cultura y tradición, además de que restaurantes, bares y cafés donde se puede comer y beber de forma deliciosa. Además, pasar la noche no es problema gracias a los hoteles con los que cuenta este poblado.
Voladores de Papantla
Aunque casi todos las y los mexicanos sabemos que los famosos y populares voladores de Papantla son un ícono de las tierras jarocha, en Chapala es posible ser parte de esta tradición ancestral de la cultura Totonaca. Así como ocurre en su tierra natal, los valientes hombres, también llamados “Pájaros de Tierra”, ascienden a la punta de la torre donde hay una cruz que simboliza los puntos cardinales (norte, sur, este y oeste) para luego volar por los aires como parte de este ritual ancestral.
Casa Braniff
Otro de los iconos de Chapala, frente al malecón, es la casa Braniff, una bella finca de estilo francés que data del Siglo XIX (1903) y fue construida por el afamado arquitecto Luis Pérez Verdia. La edificación sedujo a Tomás y Alberto Braniff, quienes pertenecían a una connotada familia de aviadores que visitaron Chapala en las comitivas de Don Porfirio Díaz, desde la capital. Actualmente es un restaurante que mantiene la finca intacta.
Esto y más es parte de las maravillas turísticas que ofrece Chapala, una joya más del estado de Jalisco.
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